Que te jodan a ti también

El príncipe de Zamunda (1988) de John Landis

Vamos a reírnos un poco con esta escena de esta comedia tan popular.

Vale que la reacción de príncipe Akeem viene desde la ignorancia de no conocer el significado de la expresión, sin embargo, vamos a intentar exprimir algo más de este pequeño pedacito de cine tan simpático.

Lo primero es reírse. Para eso está pensado y lo consigue. Al menos conmigo y creo que con la mayoría. Ver la genial y bondadosa reacción del personaje de Eddie Murphy ante una agresión verbal cuando él lo único que había hecho es saludar desde el entusiasmo, resulta espontánea, noble y muy muy graciosa. Como nos gustaría reaccionar así ante situaciones semejantes.

Las corrientes psicológicas actuales tratan sobre conocerse a uno mismo para saber gestionar mejor las emociones y por lo tanto responder de un modo equilibrado, lo menos doloroso posible y como se dice ahora, de forma sana. De lo que se habla en menor medida es que, a pesar de todo, no todo depende de uno mismo, o eso creo e intentaré explicar.

¿Eres un robot? ¿Puedes conectar y desconectar tus sensores de emotividad cuando deseas? ¿Tus relaciones son todas iguales? ¿Igual de profundas? ¿Igual de emotivas? Si has respondido a todo que no, como seguro habrás hecho, quizá imagines los argumentos que voy a abordar para explicarme.

A diferencia de Akeem, nosotros sí sabemos el significado de «que te jodan», es decir, no podemos reaccionar como él desde la ignorancia, pero sí es fácil comprender que te afectará de un modo u otro dependiendo de quién te diga esta frase o dependiendo de quién haga algo que pueda suponer motivo de enfado, tristeza, rabia, alegría, felicidad o indiferencia.

Si alguien carente de importancia en tu vida te dice o hace algo así, lo más probable es que te resulte indiferente, quizá te moleste o incluso en un día estupendo reacciones como el príncipe. Pero al conocerse a uno mismo, y al ser una persona que siente, sabes que nuestras relaciones no son todas así.

¿Eres una persona? ¿Sientes y te emocionas? ¿Tus relaciones son dinámicas y diferentes entre sí? ¿Profundizas en unas más que en otras? ¿Te sientes mejor con algunas compañías que con otras? Lo sé. Ahora has respondido a todo que sí y aquí entra eso de conocerse a uno mismo, que todo sea dicho, es una tarea que dura toda tu vida.

Tanto si eres una persona sensible y emotiva como si eres alguien más frío y calculador, seguro que tienes alguien en quien confías. Alguien con quien eres más tú mismo. Alguien por el que sientes. Puede ser tu hijo, tu pareja, tu amigo, tu padre, un primo lejano, varios de ellos, solo uno o todos, porque esa es la diferencia entre alguien más sensible o menos, la cantidad de personas con las que necesitas profundizar, porque siempre y en todos los casos hay alguien, aunque solo sea uno. Y si ese uno, te dice lo que le dicen al personaje de Eddie Murphy, seguro que tu reacción no será la misma porque profundizar significa abrirte, mostrarte, reconocer el bien que esa persona te produce y por lo tanto eres vulnerable. Profundizar significa tomar riesgos. En lo bueno y en lo malo. Lo bueno será mejor, lo malo, más doloroso y en todos los casos más real, pues eres tú quién ha decidido mostrarte así, ser tú mismo y confiar. La realidad es más intensa cuantos menos filtros pones y a esos riesgos nos sometemos todos en menor o mayor medida.

Esa realidad no la puede percibir un robot, al menos aún, pero todos nosotros sí. Y es bueno, de verdad, solo hay que sumar. En una de tus relaciones en las que hayas decidido profundizar, será porque ya has visto valores que te gustan y te aproximas a ellos. Te vas acercando, aprendes de esa persona y cada vez eres más tú mismo. Si amas, es así. Y claro, un abrazo, un apoyo en un momento difícil o compartir un instante feliz, es más intenso. Es más de verdad. Lo negativo también, y ya sabemos que nadie es perfecto, luego un desprecio, falta de empatía o una muestra descortés, un metafórico «que te jodan», te hará reaccionar de forma diferente al del vídeo porque el vídeo es una película y cuando pasa es real. Como tú.

Si tienes un buen conocimiento de ti, lo más probable, es que puedas amortiguar mejor el golpe. Sentir una menor frustración y reaccionar de mejor manera. Si sientes rabia, será más contenida, si sientes tristeza, será durante menos tiempo y si sientes odio, no durará mucho. Pero lo que no hay que olvidar, a pesar de que todo esto sea real, lo positivo, lo bueno, eso que te hace más feliz también está, ocurre o ha ocurrido. Por cada «que te jodan» hay mil «que bien estoy contigo», «gracias por tu ayuda», «compartirlo contigo lo ha hecho mejor», «cuanto nos hemos reído», «me encantas», etc. etc. etc. Porque al profundizar, vas abriendo camino hacia esa conectividad que da valor a lo descrito. El tiempo pasa a medirse en momentos felices y aunque al llegar los difíciles parece que eclipsan al resto, en eso está tu labor. En no perder la perspectiva. Saber que el Sol está aunque lo tapen las nubes y todo retoma su cauce más tarde o más temprano.

Para terminar, solo un consejo, un propósito o una intención. Nunca responder «que te jodan a ti también» si no es de la forma en que lo hace el príncipe Akeem. Si no podemos decirlo con esa gran sonrisa y falta de mala intención, mejor no decir nada y esperar. Sí, es difícil pero se puede. Que pase el tiempo necesario y llegará el momento en que tengas claro y se verá, que el concepto es «estoy muy feliz de estar aquí» porque a pesar de todo, ESTOY y sé que el Sol también.

6 comentarios en «Que te jodan a ti también»

  1. No me pude esperar a leerlo a la noche.Me parece que te has expresado correctamente con tus palabras se entiende todo lo que se siente.
    Mi mayor enhorabuena ,continúa en éste campo que se te da muy bien..cualquier persona de cualquier edad puede comprender lo que transmites,eres transparente como el agua clara de montaña ?
    Felicidades Francis ,no dejes de hacer lo que haces.

    Responder
  2. Cuando quien te dice que te jodan es una persona que no te importa, el comentario pierde valor, lo difícil es gestionarlo cuando lo hace alguien en quien confías, alguien a quien quieres, por que no lo esperas, la decepción, el dolor, la vulnerabilidad son sensaciones muy duras de sobrellevar, de superar, pero todo se consigue, por que como bien dices, ESTOY y el sol también.
    Me encanta tu blog!!!

    Responder
    • Sí que es duro, sí. Hay que adaptarse a una nueva realidad en la que tu confianza dañada no hiera a la reforzada. Aprender a redireccionar esa confianza hacia quien sigas creyendo que lo merece de verdad.
      Que te guste mi blog es todo un privilegio viniendo de alguien tan puesta en letras como lo es mi amiga lectora incansable.
      Un fuerte abrazo.

      Responder

Deja un comentario